Quién me iba a decir de pequeña, cuando el que me pusieran gafas fue todo un drama, que veintipico años después se iban a convertir prácticamente en un complemento de moda... Tengo que admitir que durante muchísimos años no llevé gafas, pues tengo apenas 0,5 de astigmatismo en un ojo y el otro es en realidad un ojo vago que no fue correctamente diagnosticado en su día, pero como trabajo pegada a un ordenador y a un móvil, llevar cristales especiales ha supuesto un cambio muy importante.
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